
Estamos ante un libro para los amantes del género ufológico y conspiranoico. El prejuicio hacia los videntes me ha resultado cansino. Su caracterización como marionetas del poder eclesial no me ha llegado a convencer. Se sabe que los videntes lucharon contra el escepticismo de sus familias, sacerdotes, amigos e incluso sufrieron la persecución de las autoridades comunistas.
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