
Todas las referencias históricas sobre Pilato lo describen como un tipo duro, pragmático y sin miramientos a la hora de imponer la ley romana. Sin embargo, algo cambió durante el interrogatorio a Cristo. Aquel galileo se decía rey de un reino que no era de este mundo, sin ejércitos y cuyas únicas armas eran la verdad. Aquello debió sorprender a Pilato. El temor de Pilato se acrecienta cuando se entera que el acusado se proclama Hijo de Dios. A partir de ese momento, Pilato trata en vano de liberarle. Veamos cómo sucedió.
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