
La juventud de Cristo es un misterio. Desde su estancia con los doctores en el templo a los doce años, hasta el bautismo, hay un vacío que conmociona. Sabemos que su vida pública se inicia en el bautismo a los 30 años. Sin privilegio alguno, Cristo se situó con el resto de la multitud. ¿Qué pudo ver en en Él Juan el Bautista para distinguirle del resto?
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